La asamblea convocada por el CECSo el jueves 14 por la noche puso fin a la toma de la Facultad. Celebramos el fin de lo que, para muchos, fue una suerte de pesadilla que se prolongó durante cuarenta y cuatro días.
Habrá tiempo de hacer análisis y balances minuciosos sobre uno de los episodios más traumáticos en los veintidós años de vida de Ciencias Sociales. Ahora, sólo son posibles algunas consideraciones iniciales junto con la certeza de que inicia un tiempo necesario para la reconstrucción, a la que llamamos a todos los sectores de la comunidad educativa, independientemente de sus posiciones políticas.
Dijimos episodio traumático. El trauma no se dimensiona por la gravedad de los hechos involucrados sino, antes que eso, por la dificultad que plantea para comprender o explicar lo sucedido, para integrarlo a un relato general y a marcos de sentido. Pues bien, junto con la alegría que produce a un vasto número de estudiantes y de trabajadores docentes y no docentes la posibilidad de retomar las actividades regulares, queda también el dolor y el desconcierto de advertir que, mes y medio después, las presuntas conquistas que sostienen la fantasía de la gran victoria de la lucha son, con la excepción de aspectos francamente menores, cuestiones todas que se encontraban en marcha o contempladas para su ejecución al momento de iniciarse la toma.
Desde el compromiso de un comedor estudiantil transitorio en la sede de Constitución cuando concluya en dos meses más la segunda etapa de la obra hasta un sistema de becas de ayuda económica para los estudiantes de menores recursos, desde la condena a la criminalización de la protesta social o política hasta las obras de refacción edilicia en Marcelo T y en Parque Centenario, así como también los plazos de arranque de la tercera etapa del edificio único. Nada de todo esto se encuentra hoy en términos sustantivamente distintos a los que se planteaban en la noche del 31 de agosto, cuando una sesión del Consejo Directivo fue violentamente interrumpida por un grupo de jóvenes que reclamaban subsidios para el Centro de Estudiantes y, un rato después, iniciaban la toma de la Facultad.
En cuanto a lo que terminó convirtiéndose en el principal reclamo de estas semanas: si Planificación Federal se comprometía a iniciar la obra de la tercera etapa del edificio de Constitución en marzo del 2011, no otra cosa hace ahora Educación. Cambió la fuente presupuestaria, es cierto, y, tal vez, se incremente ligeramente el monto a ejecutar durante el ejercicio. El propio ministro de Educación insiste en que lo finalmente acordado formaba parte de gestiones que estaban en marcha. ¿Por qué, entonces, los actos de vandalismo en el Ministerio? Si esto fue lo que “construyó la victoria”, para qué los 44 días de toma de la Facultad? ¿Esto es entonces lo que justifica un mes y medio de daños acumulados, en lo académico, en lo institucional, en lo administrativo, en lo material y, sobre todo, en la calidad de los lazos entre distintos miembros de la comunidad? ¿Cómo hacer para entenderlo? ¿De la victoria de qué efectivamente se trata? ¿Cuántos millones nos cuestan a todos el total de daños causados?
No hay respuesta fácil para estos interrogantes ni intentamos apresurar ninguna que pueda aumentar el daño. Simplemente los dejamos formulados para una reflexión y un debate que seguramente hallará su momento.
En cualquier caso, nuestras prioridades ahora están puestas sobre otros horizontes. Hay que reprogramar en lo inmediato el calendario del cuatrimestre, de modo de disminuir los perjuicios académicos que ya se han ocasionado a miles y miles de estudiantes, encontrando los dispositivos que les permitan continuar sus estudios con cierta normalidad, así como a los profesores y docentes auxiliares recuperar el lugar que les corresponde en la vida de la Facultad, por derecho, obligación y dignidad. Hay que restituir los órganos de gobierno al sinfín de tareas, actividades y compromisos institucionales que quedaron interrumpidos, incumplidos o violentados. Hay que reestablecer, con la mayor amplitud posible, los puentes de diálogo entre los distintos actores de nuestra Casa, y devolver a la esperanza común las metas de gestión que animaron nuestro gobierno durante los primeros cinco meses de trabajo y por las cuales y para las cuales no olvidamos que fuimos electos.
Sergio Caletti
Decano
4 comentarios:
Una verguenza el mensaje de Caletti. Yo ingresé a la Facultad en 2003 y desde diciembre se prometía el cambio a Constitucion. Cursé en aulas que no tienen ventanas!!(atenti, no digo que no tienen ventilador eh, nono, que no tienen ventanas!)cursé Economia en un aula improvisada en medio de un pasillo, con paredes de carton, hace siete años que meo en un baño en donde te podes lavar las manos. Entonces, que hacemos? negamos todo eso? no existen, no, esos problemas en realidad los inventas los Trotskistas....vamos por favor hay que ser hijo de puta para negar todo lo que tenemos y lo que no tenemos todos los dias, en cada cursada. sincerense, y no vengan con su mensaje purista-academico que se extraña frente al olor a chivo de las interrupciones!
Saludos, Agustin Debesa
Agustin, respeto tu opinión. Quiero pedirte como moderador del blog que por favor te sigas expresando pero sin insultos. Podemos decir cosas fuertes, inteligentes y de gran valor sin recurrir a los insultos.
Gracias por escribir, contamos con tus aportes.
Saludos.
Agustín... la verdad que pienso igual que vos. Si bien en este conflicto estaba en contra de la toma, pero no del reclamo (por eso fui a hacer escuchar mi voz en todas las asambleas), hoy podemos decir que lo que se consiguió es un triunfo para Sociales, hasta para los que piensan que "paricipación" es mandar un mensaje por facebook diciendo "la toma no está bien".
Lo de Caletti es un chiste, y me parece que hay que tomarlo como tal. Es una falta de respeto absoluta.
Yo cursé en las mismas aulas que vos, pero hoy, a meses de irme de la facu, puedo decir que peleé porque el pibe que ocupe mi silla, lo haga en un mejor lugar.
Desde hoy en adelante, hay que debatir sobre otras cuestiones. Cómo cuidar lo que tenemos, cómo hacer para que más gente participe, cómo haces que gente de menos recursos pueda estudiar como nosotros lo hacemos...
Por lo visto, Sociales es un fiel reflejo de la clase media que la ocupa... me fijo en mi traste, el resto... no existe! Y con las nuevas tecnologías reducimos la queja a un comentario en un blog.
Loco, hay que participar! No nos comamos el verso de que las asambleas son anti democráticas, el micrófono está para todos y todo se somete a voto... se comprueba esto yendo a las mismas.
Si a una facultad para todos, gratuita y participativa.
Saludos,
Nacho
"Hay que reestablecer, con la mayor amplitud posible, los puentes de diálogo entre los distintos actores de nuestra Casa, y devolver a la esperanza común las metas de gestión que animaron nuestro gobierno durante los primeros cinco meses de trabajo y por las cuales y para las cuales no olvidamos que fuimos electos".
con esto me queda claro que la facultad era hasta aquí un jardín de infantes donde toda la comunidad cantaba la canción del pato, hasta que un grupo de vándalos sin propósito alguno trajó la guerra al jardín. Ahora, por suerte, todo volvió a la normalidad y la esperanza vuelve a reinar sobre nuestros corazones. fin :)
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